martes, 12 de abril de 2011

Ignacio Manuel Altamirano
Ignacio Manuel Altamirano Basilio; Tixtla, Guerreros, 1834 -San Remo, 1893. Escritor mexicano al que se considera padre de la literatura nacional y maestro de la segunda generación romántica.
Altamirano cumple sus catorce años sin hablar todavía castellano, lengua de la cultura oficial, y por lo tanto, sin saber leer ni escribir.
En 1867, restablecida ya la República, consagra por fin su vida a la enseñanza, la literatura y el servicio público, en el que desempeña muy distintas funciones como magistrado, presidente de la Suprema Corte de Justicia, oficial mayor en el Ministerio de Fomento y cónsul en Barcelona (1889) y París (1890).
Funda, junto a su maestro Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto, El Correo de México, publicación que le sirve para exponer y defender su ideario romántico y liberal; dos años más tarde, en 1869, aparece gracias a sus desvelos la revista El Renacimiento, que se convierte en el núcleo que agrupa y articula los más destacados literatos e intelectuales de la época con el común objetivo de renovar las letras nacionales.
Amado Nervo
Amado Nervo era el seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz, poeta y prosista mexicano, perteneciente al movimiento modernista Nació el 27 de agosto de 1870 en la ciudad de Tepic, en ese entonces en Jalisco, hoy Nayarit, y murió en Montevideo, Uruguay el 24 de mayo de1919. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana, no pudo ser miembro de número por residir en el extranjero.
Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de Nervo.
El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta.
A su vuelta a México ya era un poeta consagrado. Atendió fugazmente puestos docentes y burocráticos: ganó una plaza de profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria, nivel equivalente al de bachillerato superior de otros países. Hacia 1905 ingresó en la carrera diplomática como secretario de la embajada de México en Madrid. Residió especialmente en Madrid donde trabó amistad con el director de la revista Ateneo, Mariano Miguel de Val y escribió artículos para ésta y otras muchas revistas y periódicos españoles e hispanoamericanos. A más de cumplir decorosamente con su encargo diplomático, aumentó su bibliografía, entre otros libros, con el estudio Juana de Asbaje (1910); de poesía: En voz baja (1909), Serenidad (1915) Elevación (1917) y La amada inmóvil que fue póstumo; en prosa Ellos, (1912), Mis filosofías y Plenitud (1918)
En 1914 la Revolución interrumpió el servicio diplomático y se impuso su cese, lo que le hizo acercarse otra vez a la pobreza; regresó al país en 1918 y volvió a ser reconocido como diplomático, por lo que poco después fue enviado como ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay. Llegó a Buenos Aires en marzo. Se dice que una situación fortuita impidió un encuentro en esta ciudad entre él y el compositor argentino Ernesto Drangosch (1882-1925), quienes se apreciaban de antemano sin conocerse. El hecho es que Drangosch musicalizó cuatro de los poemas de Nervo: En paz, Amemos, Ofertorio y Un signo. Nervo murió en Montevideo el 24 de mayo de 1919, a los 48 años. Su cadáver fue conducido a México por la corbeta Uruguay escoltada por barcos argentinos, cubanos, venezolanos y brasileños. En México se le tributó un homenaje sin precedente. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres (antes llamada Rotonda de los Hombres Ilustres), el 14 de noviembre de 1919.[]
Obras
  • El bachiller, novela de juventud (1895).
  • Perlas negras, poesía (1896).
  • Místicas, poesía (1898).
  • Poemas publicados en París (1901).
  • El éxodo y las flores del camino, poesía (1902).
  • Lira heroica, poesía (1902).
  • Los jardines interiores poesía (1905).
  • Almas que pasan, prosa (1906).
  • En voz baja, poesía (1909).
  • Ellos, prosa.
  • Juana de Asbaje, ensayo, biografía de Sor Juana Inés De  La Cruz (1910).
  • Serenidad, poesía (1912).
  • Mis filosofías, ensayo (1912).
  • Elevación, poesía (1916).
  • El diablo desinteresado, novela (1916).
  • Plenitud, poesía (1918).
Poema Dormir:
¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño
es un estado de divinidad.
El que duerme es un dios... Yo lo que tengo,
amigo, es gran deseo de dormir.

El sueño es en la vida el solo mundo
nuestro, pues la vigilia nos sumerge
en la ilusión común, en el océano
de la llamada «Realidad». Despiertos
vemos todos lo mismo:
vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego,
las criaturas efímeras... Dormidos
cada uno está en su mundo,
en su exclusivo mundo:
hermético, cerrado a ajenos ojos,
a ajenas almas; cada mente hila
su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!)

Ni el ser más adorado
puede entrar con nosotros por la puerta
de nuestro sueño. Ni la esposa misma
que comparte tu lecho
y te oye dialogar con los fantasmas
que surcan por tu espíritu
mientras duermes, podría,
aun cuando lo ansiara,
traspasar los umbrales de ese mundo,
de tu mundo mirífico de sombras.

¡Oh, bienaventurados los que duermen!
Para ellos se extingue cada noche,
con todo su dolor el universo
que diariamente crea nuestro espíritu.
Al apagar su luz se apaga el cosmos.

El castigo mayor es la vigilia:
el insomnio es destierro
del mejor paraíso...

Nadie, ni el más feliz, restar querría
horas al sueño para ser dichoso.
Ni la mujer amada
vale lo que un dormir manso y sereno
en los brazos de Aquel que nos sugiere
santas inspiraciones. ..
«El día es de los hombres; mas la noche,
de los dioses», decían los antiguos.

No turbes, pues, mi paz con tus discursos,
amigo: mucho sabes;
pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate!
No quiero gloria ni heredad ninguna:
yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir...


FERNANDO CALDERON 
Poeta mexicano. Nació en Guadalajara, Nueva Galicia, en el actual estado de Jalisco, en 1809, y murió en la villa de Ojocaliente, Zacatecas, en 1845. Fue miembro de la Academia de Letrán, y junto con Ignacio Rodríguez Calvan es considerado iniciador del romanticismo mexicano. Sus Obras poéticas, prologadas por Manuel Payno, se publicaron en 1844, y se reeditaron, con prólogo de José Joaquín Pesado, en 1850. Entre las ediciones modernas de sus obras sobresale el volumen Dramas y poesías, prologado por Francisco Monterde y publicado en 1959. Fuente: Juan Domingo Argüelles .

ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ

Nació en la ciudad de Guadalajara (capital del estado
de Jalisco) el 13 de abril de 1871. Estudió en el
Seminario y en la misma ciudad se recibió de médico
en 1893, poco antes de cumplir los veintidós años.
en el seno de su familia principió su educación
literaria, y desde joven publicó versos en periódicos
y revistas. A poco de recibirse fue profesor adjunto
de Fisiología. Después de dos años y medio de práctica
en Guadalajara partió con su familia a Culiacán, donde
su padre fue contratado para dirigir un colegio. Ejerció
como médico quince años en diversos lugares del estado
de Sinaloa. En Mocorito dirigió, con Sixto Osuna, la
revista literaria Arte. En 1911 se radica en México,
donde fundó la revista literaria Argos (1912) y más
tarde Pegaso; fue editorialista de El Imparcial (1912),
presidente del Ateneo de la Juventud (1912), subsecretario
de Instrucción y Bellas Artes por corto tiempo, secretario
del Gobierno del estado de Puebla, profesor de Literatura
Francesa en la Escuela de Altos Estudios, jefe de clases
de Literatura y Gramática, y profesor de Literatura Mexicana
en la Escuela Nacional Preparatoria. En 1920 ingresó al
servicio diplomático y ocupó los puestos de ministro en
Chile, Argentina y España. En 1931 regresa a México.
fue miembro fundador, primero, del Seminario de Cultura
Mexicana y, después, de El Colegio Nacional, en donde
sustentó conferencias sobre diversos temas de historia
literaria. Fue miembro de la Academia Mexicana
correspondiente de la Española, y perteneció al extinto
Liceo Altamirano. En 1944 recibió el Premio Avila Camacho:
"Su obra –decía el dictamen- por su extensión y su sinceridad,
por su profundo sentido humano y altísimas cualidades
literarias, lo señala como uno de los valores más
representativos, o acaso el más representativo de la
sensibilidad y el espíritu mexicano en la hora actual".

Su obra fue influida por la poesía simbolista francesa,
se sitúa en las postrimerías del modernismo. Falleció este
gran poeta en la ciudad de México, el año de 1952.


Poema:

LA QUE VA CONMIGO

Iremos por la vida como dos pajarillos
que van en pos de rubias espigas, y hablaremos
de sutiles encantos y de goces supremos
con ingenuas palabras y diálogos sencillos.

Cambiaremos sonrisas con la hermana violeta
que atisba tras la verde y oscura celosía,
y aplaudiremos ambos la célica armonía
del amigo sinsonte que es músico y poeta.

Daremos a las nubes que circundan los flancos
de las altas montañas nuestro saludo atento,
y veremos cuál corren al impulso del viento
como un tropel medroso de corderillos blancos.

Oiremos cómo el bosque se puebla de rumores,
de misteriosos cantos y de voces extrañas;
y veremos cuál tejen las pacientes arañas
sus telas impalpables con los siete colores.

Iremos por la vida confundidos en ella,
sin nada que conturbe la silenciosa calma,
y el alma de las cosas será nuestra propia alma,
y nuestro propio salmo el salmo de la estrella.

Y un día, cuando el ojo penetrante e inquieto
sepa mirar muy hondo, y el anhelante oído
sepa escuchar las voces de los desconocido,
se abrirá a nuestras almas el profundo secreto.

Equipo 3 (Carolina, Gabriela, Astrid, Marco )

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