jueves, 14 de abril de 2011

Gabriel Zaid
Poeta y ensayista mexicano nacido en Monterrey, Nuevo León, en 1934.
Estudió Administración en su ciudad natal pero su devoción por la poesía lo llevó a dedicarse a la literatura,
publicando su primer poemario en el año de 1958. Ha incursionado en las diferentes formas poéticas
y en diversos ensayos acerca de los problemas sociales. Su poesía se ha depurado con el paso del tiempo,
para que cuarenta años más tarde aparezca por su rigor y limpidez, como uno de los avatares más afortunados
del clasicismo en la segunda mitad del siglo veinte mexicano.
Es miembro de la Real Academia de Letras Mexicanas desde 1989. Su obra ha sido galardonada con diferentes
premios nacionales e internacionales.
Lo mejor de su obra está recopilado en su poemario «Reloj de sol», publicado en 1995.


 Reloj de sol

Hora extraña. No es
el fin del mundo
sino el atardecer.
La realidad,
torre de Pisa,
da la hora
a punto de caer.



Integrante Edith Nuñez

Jaime Augusto Shelley

 Nace en la Ciudad de México en 1937. Es hijo y nieto de mexicanos. Su abuelo, John Wollstonecraft Shelley, vino a México a finales del siglo XIX como parte del equipo inglés que construyera el ferrocarril y después la refinería de Minatitlán. Su padre Lorenzo Bysshe Shelley, participó en la construcción de las primeras presas en el Norte del país y más tarde en las obras de Papaloapan, así como en numerosos trabajos de infraestructura en todo el país.
Su primer libro aparece con los de otros cuatro poetas en La Espiga Amotinada (Oscar Olivo, Jaime Labastida, Juan Bañuelos y Eraclio Zepeda), en 1960. Octavio Paz afirma: “Los poemas de Jaime Augusto son más complejos que los de sus compañeros de grupo. No es una dificultad conceptual sino física: leerlo es abrirse paso entre piedras, yerbas, espinas. Vale la pena, las vistas son vertiginosas. Otros elementos de la poesía de Jaime augusto: el jazz, las máquinas, las ciudades”
Jaime augusto ha dedicado más de 50 años de su vida a la creación literaria y ha mantenido su posición ideológica. Para él, la palabra escrita es la mejor arma para alcanzar la mutación del México bárbaro que ha padecido la mayor parte de su vida en la nación que siempre ha soñado: una republica justa e incluyente, rica en valores humanistas, culturales y científicos, donde prive la verdad y el respeto. De ahí su convicción de que el poeta es “el custodio del bien más poderoso que hay en las artes: la palabra, y ésta es un arma para transformar la realidad”.
La obra publicada de Shelley abarca, a esta fecha todos los géneros literarios salvo la novela; va de la poesía al ensayo, al teatro y al cuento. Durante más de cuarenta años ha escrito en columnas de opinión en distintos diarios de circulación nacional, en numerosas revistas literarias. Ha mantenido en cada género su habitual forma de trabajo: experimentación, riqueza informática y rigor formal, rasgos que siempre lo han caracterizado y que la asustadísima crítica especializada, salvo excepciones, no ha sabido vislumbrar.
Su creación poética ,que ha sido la de mayor extensión abarca 9 poemarios, de los cuales La rueda y el eco, La gran escala, Hierro Nocturno e himno a la impaciencia datan de los años sesenta.




Poema Por Amor de Jaime Augusto Shelley

 He aprendido de ti
Que no basta el gesto ni la acción
Que el amor no basta
Ni la inteligencia
O el susurro exacto
Aun más
Que la ternura
En ciertos casos sale sobrando
He aprendido
Que el cuerpo
La carne
El sexo
No tiene mucho que ver
Con hacer el amor
Y seguir vibrante
Aprendido
Que unirse
Contigo
Es volver a ordenar una lucha
Conmigo
Que ha de llegar a ti
En la punta de los poros los labios y los dedos
Al beber y al cantar
Al ver un árbol que crece y una amapola que muere
En el ciclo normal
Ese que de alguna manera por humanos hemos perdido.




Diego Martínez Castillo


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